Iglesia de la Natividad de Garisoain

En el marco incomparable del valle de Guesálaz, cerca del embalse de Alloz, se alza una de las iglesias románicas más encantadoras de Tierras de Iranzu.

Aunque fue construida en el siglo XII, su aspecto actual se debe a las reformas tardogóticas a las que tuvo que someterse en el siglo XVI a causa de un incendio accidental tras el cual sólo quedaron los muros de la antigua nave, la portada y el ábside.

Como éste desentonaba con el aspecto renovado del templo, se sustituyó por una cabecera poligonal. También a esta época corresponden la torre prismática y la sacristía, ambas de planta rectangular.

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Sus impresionantes retablos

Pero la importancia de esta iglesia radica en ser un magnífico museo de Bernabé Imberto, alumno aventajado del maestro romanista Juan de Anchieta y el mejor tallista navarro del siglo XVI.

Los cinco retablos que decoran el interior del templo son realmente su mejor obra. Fueron encargados por don Juan de Guíndano un día en que llegó al pueblo de visita. Le pareció tan frío ver las 5 mesas de altar vacías y apoyadas en los muros que pidió a Bernabé que hiciera lo que mejor sabía.

El resultado son 5 retablos de tamaño diferente, pero que responden a un criterio análogo predominando la verticalidad y la dinamicidad, si bien la escultura no es uniforme.

El retablo mayor, muy fino y original con su composición en tres planos, presenta la Natividad de la Virgen y los otros 4 están dedicados a santos que tuvieron su propia ermita en los alrededores del pueblo: Santa Catalina, San Idelfonso, San Cristóbal y San Quiricio que como señalador de poblados prehistóricos tiene un ara romana junto a su ermita.

Gracias a la aportación de los vecinos de Garisoain pudo ser restaurada

Las obras de restauración y la decoración de la iglesia no podrían haberse emprendido si no hubiera sido por los vecinos. Fueron ellos quienes durante dos siglos aportaron cantidades considerables de dinero con las que fueron pagando las deudas contraídas con los canteros, escultores y pintores. Además de estas obligaciones, también tenían derechos como el de patronazgo según el cual, los lugareños presentaban a las autoridades eclesiásticas los nombres del abad y sus beneficiarios.

Tal era el apego de los de Garísoain por su mimada iglesia que algunos querían, incluso, ser sepultados en el interior del templo. Así, en 1598, el Visitador del Obispado ordenó señalar 5 hileras de 8 sepulturas para que los 36 vecinos y residentes pudieran, pago mediante, recibir sepultura dentro de la iglesia. Consta que 16 vecinos abonaron la cantidad estipulada en aquel momento y por tanto, descansan al cobijo de la Natividad de Garísoain.

Se realizan visitas guiadas

Contacto

Localidad: Garisoain
Fechas: Todos los días del año
Precio: 3€
Teléfono: (+34) 680706272 / (+34) 646185264
Email: info@tierrasdeiranzu.com